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Foto del escritorRebeca Bolanos Cubillo

La Importancia de una Actitud Respetuosa en el Voleibol: Superando las Celebraciones Ofensivas

El voleibol, como cualquier deporte, es una combinación de habilidad, estrategia y, sobre todo, respeto. Sin embargo, en ocasiones, algunas personas atletas pueden desviarse de este principio fundamental, convirtiendo la celebración en una forma de ofensa hacia el equipo rival en lugar de centrarse en el juego en sí. Otro aspecto preocupante es la reacción a estas ofensas por parte de los jugadores que las reciben. A menudo, cuando se responde a las ofensas con comentarios respetuosos pero firmes, las personas que las iniciaron intentan presentarse como víctimas, olvidando su propio comportamiento agresivo y violento. Estas prácticas, además de ser contraproducentes, socavan los valores fundamentales del deporte y pueden generar un ambiente negativo tanto dentro como fuera de la cancha.


Es importante reconocer que responder a las ofensas con más agresión no resuelve el problema; de hecho, solo contribuye a perpetuar un ciclo de hostilidad y confrontación en la cancha. Sin embargo, esto no significa que las personas atletas deban quedarse calladas ante el comportamiento antideportivo. Es crucial encontrar formas de abordar las ofensas de manera constructiva y respetuosa, sin caer en la trampa de la confrontación directa.


Cuando se responden las ofensas con comentarios realistas y respetuosos, se está ejerciendo el derecho a defenderse de manera apropiada.

Juego honestamente y juego para ganar. Si pierdo, tomo la lección. Bobby Fischer

Las celebraciones en el voleibol son una parte natural del juego. Después de un punto ganado, es común ver a las personas atletas expresar su alegría y confianza con su equipo. Sin embargo, cuando estas celebraciones se convierten en ataques dirigidos al equipo contrario, la situación cambia drásticamente. En lugar de promover la camaradería y el espíritu deportivo, estas acciones fomentan la hostilidad y el resentimiento.


Una de las razones por las que algunas personas recurren a celebraciones ofensivas puede ser la falta de comprensión sobre el impacto que tienen en el juego y en el ambiente deportivo en general, o porque no tienen claro que la violencia no es el camino de la “garra” en el deporte, incluso porque desde la persona a cargo no se ha generado una buena gestión de las emociones. Es importante recordar que el voleibol es más que simplemente golpear una pelota sobre una red; es un deporte que promueve el trabajo en equipo, la disciplina y el respeto mutuo. Las celebraciones ofensivas van en contra de estos principios fundamentales y pueden dañar la integridad del deporte.


Además, ese tipo de acciones no solo afectan el ambiente en la cancha, sino también fuera de ella. Las personas espectadoras pueden verse influenciadas por este comportamiento negativo. En lugar de inspirar admiración y respeto hacia el deporte, este tipo de violencia puede transmitir un mensaje de agresión y falta de deportividad.


Para superar este problema, es fundamental que atletas, coaches y barra promuevan una cultura de respeto y “fair play” en el campo de juego. Esto implica no solo celebrar los logros propios, sino también reconocer y respetar el esfuerzo y la habilidad del equipo rival. Es crucial que las personas atletas, coaches y barras reconozcan que la violencia verbal y la agresión no tienen cabida en el voleibol. Todas las personas participantes deben esforzarse por promover un ambiente de juego respetuoso y amigable, donde las habilidades deportivas se valoren por encima de todo.


Además, las personas encargadas del arbitraje, los Comités Cantonales de Deporte y Recreación, otros organismos deportivos y las federaciones pueden desempeñar un papel importante al establecer y hacer cumplir reglas y normas que promuevan el respeto y la deportividad en el juego.


En resumen, este tipo de acciones en el voleibol son contraproducentes y van en contra de los valores fundamentales del deporte. Es crucial que atletas, coaches y personas aficionadas comprendan el impacto negativo de este comportamiento y trabajen en conjunto para promover una cultura de respeto, tanto dentro como fuera de la cancha. Solo así podremos disfrutar plenamente del voleibol como un deporte que une a las personas a través del juego limpio y la camaradería.




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